La fuente de la Virgen combina la pureza del agua en movimiento con la protección y la bendición espiritual de la Virgen. Es un símbolo de paz, fe y esperanza que armoniza el ambiente, limpia las energías y atrae serenidad al hogar o al lugar de trabajo. Colocarla en un espacio especial favorece la calma, la conexión espiritual y la sensación de estar bajo el amparo y la guía divina.



